A la caza y captura.

Tras los tipicos catapum que chum, la Puerta se abrió en el mismo callejón que dos meses atras, y, al igual que aquel dia, el escuadrón de demonios salió de su interior. Tranaleil plego las alas y observo con rapidez los alrededores.
-Otra vez aqui... a ver si esta vez nos va mejor. Creo que el objetivo esta bastante claro: buscamos a algun cazademonios, lo amarramos, y nos lo llevamos al Infierno antes de que el Jefe se enfade.

Maralia salió al rato, daba tumbos porque no ponía la suficiente fuerza en batir sus alas, así que iba subiendo y bajando irregularmente hasta dejarse caer sobre el suelo para luego guardar sus alas de nuevo.
-Ale pues, buena suerte. Ya me avisareis.
Se sentó en una boca de incendios roja que había y se quedó mirando la tropa.

Salió del portal lanzada con las manos agarradas por Kesha y por un mal aleteo de las alas acabó en el suelo.

- D-Duele...¡Eso ha sido muy arriesgado! -habló sin pensar hasta que examinó la situación, tenía a Avaricia encima de ella aún sosteniendo sus manos, esa cercanía la ponía nerviosa y con su corazón a mil, inconscientemente se acercó más a él pero recordó sus deberes y se zafó de Kesha, restaurando su compostura de pie.

- ¡Sólo ha sido suerte! ¡Me has pillado desprevenida! -dejó caer al suelo el billete y emprendió su camino- Espero encontrar a los cazademonios pronto, ¡quiero vacaci-- -pero interrumpió su frase para engancharse del brazo del primer humano apuesto que vió, olvidándose de su deber principal y ejerció su labor.

Vaysh suspiró profundamente y plegó las alas. Giró la cabeza, haciendo crujir el cuello mientras se estiraba con cara de aburrimiento.
Parpadeó varias veces cuando un rayo de sol le dio de lleno de entre las hojas de un enorme árbol que tapada gran parte, se había desacostumbrado a la luz solar después de tanto tiempo.

Pasando, como de costumbre, del panorama sin echar un vistazo o mediar palabra con los demás, siguió un camino sin rumbo y sin destino.

- Sólo terminemos con esto rápido... - Buscó con la mirada rápido por algún humano con el que "entretenerse" y aligeró el paso. Lanzó un vistazo hacia atrás y divisó un grupo de 7 o 6 jóvenes con pintas macarras - Idiotas que se reunen como borregos...Psché...

(*revivición mágica gracias al poder de las Bolas de Dragón que le entregó Ichi* ole 8D)

¿De las últimas en salir? ¿Ella? ¡Nah! ¡Lo único es que hay que dejar lo mejor para el final! "¡Claro, eso es! Lo mejor de lo mejor!"

Impulsada por las dos alas de la espalda, salió del portal volando a poca distancia del suelo, con su habitual atuendo de oficinista sexy. La punta de los tacones tocaron con delicadeza el suelo de la calle, observándola, y luego arrugando la nariz.

-Buf, este sitio huele mal, es como... como que le falta yo, ¿no? -Dijo, poniendo las manos sobre sus caderas, investigándolo todo-. Ni siquiera hay un maldito espejo para poder mirarme, uff... -Suspiró levemente-. Bueno, ¿por dónde empezamos? Yo digo que vayamos hacia la izquierda, así que iremos hacia la izquierda, porque no puedo equivocarme. ¿Está bien?

Acto seguido, comenzó su camino.

La pequeña, en sentido de estatura, Yuiki, estaba, como últimamente hacía, echando una siesta en el tejado de una catedral. ¿Cómo llegó a subir? Ni ella lo sabe bien, así que prefiere dormir y luego bajará sin desnucarse de un salto. De repente, sintió algo extraño, lo mismo que había sentido hace dos meses, entreabrió un ojo, suspirando, cansada.

- ¿Otra vez ellos? ¿Después de tanto tiempo? - realmente no sabía cuando tiempo había pasado, a ella no le importaba demasiado ello-Pero ahora no tengo ganas realmente de ir a por ellos... Honto ni...-se susurró a sí misma.

Sacó un bollito de su bolsillo y lo abrió. Tenía que agradecer llevar esa chaqueta que al parecer tenía suministros interminables de bollitos, siempre que hundía su mano en el bolsillo, topaba con uno de ellos. No sabía que llevaba realmente, pero estaban muy ricos y le daban mucha energía. Le dio un pequeño mordisco y lo dejó sujeto en su boca, mientras miraba al cielo y se levantaba.

-Que pocas ganas... Necesito unas vacaciones-dijo, antes de dejarse caer desde el tejado de la catedral.

Dio una voltereta en el aire y cayó de pie, con aun el bollito sujeto en la boca, pero, con tan mala suerte, que se encontró en medio de un grupo de macarras. Aparecieron gotitas de sudor en su cara.

-//A veces me pregunto que son mejor, los demonios, o los humanos...//-susurró, antes de darse cuenta de que los macarras le miraban enfadados al haber pisado a uno en la cabeza, a pesar de que éste no se hubiese inmutado por su ligero peso.

No podía dañar a los humanos. No era que no quisiese ni que lo tuviese prohibido, simplemente el filo de su espada y su bola de energía no les hacía nada, solo a los seres sobrenaturales. Así que decidió retroceder un paso.

-Creo que prefiero los demonios-dijo, para sí misma, justo antes de echar a correr, esperando que los macarras no la siguiesen.

Gula se dedico a salir con desgana del portal
-otra vez? jo, no quiero me da perez-...-callo antes de terminar la palabra- Maralia, me estas contagiando ;;
Aunque su estado de animo cambio en apenas segundos gracias a...
-HELADOS!!!-grito corriendo tras una heladeria ambulante

Tranaleil revoloteo un poco, flotando en el aire, y salio volando to pa arriba lo mas alto que pudo, quedandose a una distancia en la cual veia bien el suelo pero desde abajo no se le podia ver con demasiada claridad.
-Misi, misi... ¿Donde estais, ratitas~?

Maralia hizo sonrió de manera intimidatoria al aire ante las palabras de Gula
-Me alegro de oir eso- dijo entre bostezos.
Se puso en pie y ando (más bien arrastro los pies desganadamente por la acera, haciendo que tropezase con todo y por poco cayendose. Supongo que se habría caído si no hubiese sido porque al hacerlo tendría que levantarse y para ahorrar el esfuerzo prefirió cambiar su centro de grabedad cada vez que una lata o un trozo de basura se le cruzaba en el camino. También es cierto que podría haberlos esquivado, pero si creeis que lo hubiese hecho es que os olvidais de quien estamos hablando) Buscar nopensaba buscar, los demás encontrarian a la chica esa y ella lo único que tendría que hacer es esperar hasta que la cogiesen.
Se metió por un callejon medio desierto, dónde un yonki perdió las ganas de robarla, también de meterse y se tumbó en el suelo. Más tarde vendría su camello con dos amgios bastante desagradable a pedirle el dinero que le deben, pero cuando eso pasase Maralia ya estaría lejos de allí.